Un funcionario poseedor de fe Este devocional va dirigido a personas hombres y mujeres que están en autoridad y están cara la púbico en general. Seas un dependiente de una tienda, encargado o jefe de sección, este devocional también es para ti. Existe una gran diferencia entre la manera que el poseedor de fe y el que la carece cumplen con sus cargos. El dueño de la fe sabe que hay sobre él “Un Ojo que ve y un Oído que oye”, y que debe pensar en la Voluntad del Creador en cada movimiento que hace, porque si no se comporta correctamente tendrá que pagar su culpa. Contrariamente, el que no posee la fe piensa que debido al poder que tiene en sus manos puede hacer lo que quiere, como encarnizarse con la gente o aprovecharse de su condición para su propio bien y su gozo personal. Traeremos algunos ejemplos de las pruebas que los funcionarios deben pasar. Y cada uno podrá entender de ellas sobre su propio tipo de cargo, cuál es su propia prueba y cómo podrá superarla con éxito. El empleado público. Un empleado que tiene que servir al público tiene un muy importante cargo y está pasando una prueba de fe. Debe creer que desde el Cielo fue ubicado en ese cargo porque tiene algo que aprender que hacer con las personas a las que hizo daño, o a las que indujo a cometer alguna falta. ¿Y cuál es su corrección? Por eso mismo fue ubicado en tal posición, para tener la oportunidad de reencontrarse con su carencia. Este hombre o mujer necesita saber que con muchas de las personas que están esperando turno cada día para que les atienda. Si les trata con benevolencia, completará su corrección espiritual con ellos. Por lo tanto, debe utilizar su cargo para ayudar a quien se dirige a él y conducirse con respeto y con la verdad y paciencia con todos. Y no es necesario decir que no despreciará ni será cruel con ningún ellos. Incluso si algunas veces los que se dirigen a él lo desprecian o lo dañan, debe creer que todo eso proviene del Cielo. Esta es su prueba de fe: tener paciencia y arrepentirse por las transgresiones por los cuales se merece las tribulaciones. Calculen la cantidad de personas que el funcionario público atiende cada día. Si en verdad aprovechara su cargo para ayudarlos y beneficiarlos, lograría cumplir su corrección del alma, haría muchos actos bondadosos y recibiría abundancia de bendiciones, pues “Aquel que es amado ‘Abajo’, es sabido que es amado ‘Arriba’”. Pero si no cumpliera su cargo con fe y no se esforzara bastante según su poder para ayudar a los que se dirigen a él, o aún peor, si se comportara cruelmente con ellos, ignorándolos, despreciándolos u ofendiéndoles, no sólo que no rectificaría lo que vino a corregir en este mundo, sino que arruinaría todo aún más. Se le agregarían nuevas correcciones y grandes problemas, ya que se encontraría en un embrollo del que no podría liberarse debido a la cantidad de personas que están enfadadas con él. El policía. El cargo de los policías es muy importante: mantener el orden y prevenir daños a las personas. Como enseñaron los Sabios, se debe orar por el bienestar del reino, porque si no fuera por el temor a la autoridad, el hombre se “tragaría” vivo a su semejante... Es decir, que sin las leyes y su imposición, el mundo volvería al caos. Pero así como es grande la importancia y responsabilidad de este cargo, así es también grande la prueba. La prueba principal del policía es no llegar a actos de crueldad y prepotencia. Él necesita saber que desde el Cielo recibió este cargo para que pueda corregir su crueldad y su apetito de dominio. Él debe ser inteligente para usar el dominio que tiene en sus manos según la Voluntad del Creador, sólo para imponer el orden y educar a las personas, sin ser cruel con ellas o ultrajarlas. Por ejemplo: un policía que detuvo a un hombre que transgredió una ley de tráfico. En lugar de dirigirse a él con grosería y atacarlo, causando con esto un comportamiento parecido de la otra parte, le debe hablar suavemente y con cortesía, pues “La lengua suave puede hasta romper un hueso” (Proverbios 25:15). También, si de acuerdo a la ley, el policía tiene la posibilidad de multarlo rigurosamente e incluso revocarle el permiso de conducir, tratará de comportarse con misericordia y ser lo más considerado posible. Más aún, no dar la multa más alta que determina la ley. Los policías que reciben un porcentaje por las multas que dan, deben saber que está prohibido que eso influya en su juicio. Es importante que sepan que toda su manutención ya está determinada desde el comienzo del año, así que no perderán nada por no dar multas excesivas o por perdonar cuando se debe, pues el Creador tiene muchos caminos para darles lo que les ordenó recibir y no necesita ayuda... El juez. El juez tiene un muy importante rol por la misma razón anterior: sin el sistema de leyes no podría haber una vida normal sobre la Tierra. Así que debido a la gran responsabilidad y la fuerte influencia que tiene, se entiende que está bajo un peligro muy grande. Los jueces deben saber que el Creador es el Supremo Juez del Universo. Ellos deben orar y suplicar mucho para que Él les ayude a no fracasar y errar, pues la vida de la gente depende de sus juicios. Con mayor razón, deben tener cuidado de no conducirse con precipitación o crueldad, solamente usarán el poder que tienen en sus manos, para educar y ayudar al hombre que está frente a ellos a mejorar sus actos. Por lo tanto, también cuando el juez deba dar un castigo, tiene que tener un mensaje educativo, de manera que ayude al hombre a mejorar sus acciones y corregirlas. El inspector de tránsito. Cada hombre debe hacer todo lo posible para que otros no se irriten con él. Los inspectores de tránsito, aunque su cargo es muy importante para el orden en las calles de la ciudad, evitar embotellamientos y molestias en el tráfico y otros actos semejantes, deben tratar de cumplir su cargo con el máximo de consideración y decencia. Porque incluso cumpliendo su cargo según la fría ley, pueden ser dañados por el enfado de la gente, y con mayor razón si ponen multas sin causa. Por ejemplo, un hombre estaciona por un instante en un lugar que no molesta a nadie y ellos no lo consideran; o aquellos que acechan al hombre que sale de su automóvil y le colocan inmediatamente la multa en la ventanilla, en lugar de hacerles una advertencia, etc. En conclusión, el hombre que vive según la fe, sabe que hay Juicio y hay un Juez, que sobre todos sus actos tendrá que dar cuentas, y va ser castigado por cada transgresión que inflige. Por otro lado sabe, que la medida de beneficio del Creador es muy grande, y por cada buena acción que haga se merecerá una gran recompensa y logrará cumplir su misión en este mundo. Por lo tanto, debe pensar sus palabras antes de pronunciarlas y no ir detrás de los que se conducen con grosería, crueldad, desprecio o bufonería, sino dirigir su corazón al Cielo, y hacer sus actos con fe y bondad. Este hombre será feliz en este mundo y heredará el bien en el Mundo Venidero. |