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Todo es para bien

El segundo nivel de la fe es la firme creencia que “Todo es para bien”. Debemos creer que todo lo que nos sucede es para nuestro propio bien, a pesar de que nos parece lo contrario.

En muchos casos se puede ver claramente cómo algo que parecía malo se revela como un bien. Toda persona observadora lo ve en el curso de su vida. Por ejemplo: un hombre se apura para llegar a su trabajo, llega a la estación de autobús exactamente cuando el vehículo comienza a viajar, el chofer le cierra la puerta en la cara e ignora sus llamadas...

Naturalmente este hombre no puede recibir con amor lo que le pasó, tanto por el desdén del chofer como por el atraso que le fue causado. Más tarde, cuando se descubre que el autobús al que quería subir tuvo un accidente fatal, recibe lo que pasó en forma “un poco” distinta... agradece al Creador con lágrimas de emoción por haberle salvado, y bendice con miles de bendiciones al mismo chofer que sólo poco antes le pareció una mala persona.

Naturalmente, en el momento de la prueba, no tiene el hombre la posibilidad de saber qué pasará más tarde, porque él no puede adivinar o prevenir el futuro. Por lo tanto, se enoja por el obstáculo que le impide seguir con sus planes. Pero el Creador, que sabe todo el futuro, siempre cuida al hombre, tal como está escrito (Salmos 116:6): “El Eterno cuida a los sinceros; estaba yo postrado y me salvó.”. Y también si no sucedió ninguna tragedia, hay muchas razones ocultas por las que no debía subir a ese autobús, razones que sólo el Creador conoce. El hombre debe simplemente creer que “Todo es para bien” sin culpar al chofer o al que le demoró, ni a sí mismo.

Eso es sólo un ejemplo simple y superficial, porque en verdad, en todas las situaciones que pasa cada uno, tiene el Creador distintas consideraciones y motivos por los que nos conduce de tal manera, y que nos están ocultos en el momento de la prueba. Si resistiremos las pruebas de la fe, podremos, en la mayoría de los casos, entender que lo que sucedió fue para nuestro bien; aunque hay cosas que quedarán ocultas hasta más tarde en nuestra vida o que quedarán ocultas hasta después de nuestra muerte, o hasta el final de los tiempos cuándo llegará el Mesías y contará a cada uno exactamente qué le sucedió, y cómo todo fue para su bien.

Esta es la regla - sólo el Creador ve y sabe en profundidad el sendero por el que el hombre tiene que pasar en su vida, material y espiritualmente. Por eso, Él es el Único que sabe el bien que progresará de cada cosa. Debemos saber que obligadamente no podrá el hombre ver el bien en el momento de la prueba, porque si fuera así, no sería ninguna prueba. Por consiguiente, la única forma de triunfar en ella es por medio de la convicción que “Todo es para bien”.

¡Alcanzable para todos!

Si tú piensas que la creencia que “Todo es para bien”, es un elevado nivel espiritual exclusivo de los grandes Justos y piadosos, ¡estás equivocado! Toda persona lo puede alcanzar escudriñando las escrituras y  trabajando sobre sí mismo. El Creador no nos demanda lo que no podemos lograr. Por medio de la guía que se encuentra en las escrituras se puede conseguir y llegar a cumplirlo mejorando así nuestra vida.

“Todo” y no “casi todo”

Es muy importante enfatizar, cuando decimos que “Todo lo que el Creador hace es para bien” - es realmente “todo” nocasi todo ¡completamente todo! No se puede decir: “Yo creo que ‘Todo es para bien’ excepto en tal y tal caso”, y en esto la mayoría se equivoca. Incluso la gente que está dispuesta a decir que “Todo es para bien”, es sólo hasta un cierto límite, hasta que le sucede algo que no está dispuesta a aceptar. Por ejemplo, cuando sus planes fueron obstaculizados, o algo “toca” su bolsillo, su honor, o simplemente choca con su deseo entonces ya no está dispuesta a aceptar esta creencia. Pero la verdad es inamovible, “Todo es para bien”, completamente todo, sin excepción.

Además, como se ha dicho anteriormente, la creencia que “Todo es para bien” no es algo separado de la creencia en la Divina Supervisión, sino es una expresión de la fe en ella. Cuando no creemos en esto, demostramos de hecho que no creemos que todo proviene del Creador. Es imposible separar las dos cosas: si se cree que todo proviene de Él — se cree también que “Todo es para bien”.

El hombre necesita respuestas, y muchas veces las respuestas son muy sencillas y muy claras, si nosotros examinamos nuestro proceder, nuestra vida anterior a conocer al señor nos daremos cuenta que todo fue dispuesto por el, para que nosotros le encontráramos y pudiéramos conocerle, amarle, servirle, y glorificar su nombre y su bendita palabra. Entonces aquí tenemos la respuesta de que todo es para bien, si no hubiera sido así, nunca hubiéramos conocido al señor como lo conocemos en este momento. Esto es de agradecer al señor que nos ha mostrado el camino y nos muestra cada día la necesidad de creer que todo es para bien nuestra vida es para nuestro propio bien, aunque en ocasiones sea difícil entender pero si tenemos esa convicción tendremos gozo, paz, alegría y nuestra perspectiva de la vida será muy distinta a la que estamos acostumbrados a ver y pensar. Gracias padre porque tú eres bueno, gracias padre porque te has revelado a nosotros que no éramos nadie, somos polvo de la tierra y nos has bendecido con revelarnos tus secretos, tu palabra, la palabra de vida que nos trae el conocer a nuestro señor y Yesuha el mesías nuestro Salvador y redentor de nuestras vidas, Gracias. Amén.